miércoles, 31 de diciembre de 2008

CÓMO HABLAR A UNA PERSONA HIPOACÚSICA O SORDA QUE LEE LOS LABIOS

La lectura labial la practica la mayoría de las personas sordas. Uno de los requisitos más importantes para una buena comunicación es la buena visibilidad. Si intentamos leer los labios en la televisión sin sonido, veremos que no es fácil, ya que además de la falta de práctica, hay muchos factores que impiden una lectura labial adecuada para comprender lo qué está sucediendo y que hay sonidos que no se pueden ver, como los guturales. Para la lectura labial, las condiciones deben ser buenas. Hay obstáculos a menudo presentes, como la presencia de bigote, mala iluminación, situación y posición del interlocutor inadecuadas, hablar excesivamente rápido, acento extranjero, palabras similares (mamá, papá...), el conocimiento previo del vocabulario del receptor...


Unas reglas básicas nos ayudarán, si las tenemos en cuenta antes y durante la conversación:


Antes de la conversación:
- No empezar a hablarle nunca si no te está mirando.
- Llamar su atención con un ligero toque o con una discreta seña antes de hablar.
- Hablarle de frente y a la misma altura si es posible (en un niño, con mayor motivo) Procurar mantener la misma posición (de frente) durante la conversación: no mover la cabeza hacia un lado al terminar la frase, no mirar hacia abajo, etc.
- No situarse demasiado lejos ni demasiado cerca de la persona sorda. Que le resulte cómodo y bien visible.
- Tener la cara bien iluminada. Nunca situarnos delante de una ventana, lámpara, o foco (se oscurece la cara).



Durante la conversación:
- No mantener nada en los labios (cigarrillo, bolígrafo) ni en la cavidad oral (chicle, caramelos)
- Evitar poner la mano o un objeto delante de la boca.
- Vocalizar bien, sin exagerar ni gritar. Los movimientos labiales tienen que ser claros, pero no exagerados. Si se exageran, se distorsionan, dificultando la comprensión. Eso ocurre también al gritar. Es incómodo para el sordo, sobre todo en público, haciéndole perder su dignidad y su privacidad. Hablar con claridad es más efectivo que hablar con mucho volumen. Sin embargo, para algunas personas sordas elevar ligeramente el tono de voz puede serles de gran ayuda.
- Hablar siempre con voz.
- Hablar con naturalidad, ni muy deprisa, ni demasiado despacio.
- No hablar de modo rudimentario ni en argot, pueden no conocerlo bien. Los oyentes, constantemente reciben información y aprenden nuevas expresiones, palabras, argot. Para facilitar la integración del sordo hay que informarle de lo que sucede y se dice a su alrededor.
- No comunicar con palabras sueltas. Lo importante es el contexto de la frase. Hay palabras homófonas, difíciles de distinguir sólo leyendo los labios, sin fijarlas en el contexto de la frase.
- Repetir el mensaje si no entiende. Se puede repetir la misma frase unas cuantas veces y si no entiende, reconstruirla de forma más sencilla y correcta, o con sinónimos.
- Si es necesario, ayudar la comunicación con gestos naturales o con alguna palabra escrita.


Lo más importante de todo es que intentes comunicarte con esta persona sorda sea como sea, no importa cómo lo hagas. Ya te corregirá si hace falta. Nunca hay que tener miedo de hacer el ridículo o a equivocarse. Simplemente, hay que ponerse en su lugar y hacerles participar en la conversación, informarles de lo que está pasando en su entorno, etc.

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