domingo, 1 de septiembre de 2013

Aprendiendo nuevas palabras

La playa de Tottori era grande como el desierto. Atravesé aquel Sahara y llegué hasta la orilla. El agua tenía tanto miedo como yo: a la manera de los niños tímidos, avanzaba y retrocedía sin cesar. Yo la imité.

Todos mis familiares se lanzaron al agua. Mi madre me llamó. No me atreví a seguirla, a pesar del flotador que llevaba a modo de cinturón. Miraba el mar con terror y deseo. Mamá vino a cogerme la mano y me llevó a rastras. De repente, escapé a la pesadez terrestre: el fluido se amparó de mí y me encaramó a su superficie. Emití un grito de placer y éxtasis. Majestuosa como Saturno, con mi flotador por anillo, permanecí en el agua durante horas. Tuvieron que sacarme a la fuerza.

-¡Mar!

Aquélla fue la séptima palabra.


Metafísica de los tubos (Amélie Nothomb)

Jeremy Miranda

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me gusta mucho la imagen que has elegido para ilustrar el texto. Un beso. N.